Cuando callan juntos

Si estando en una gran reunión o una fiesta, rodeado de gente extraña, sientes una desazón en las manos, si no sabes qué hacer con ellas y te invade esa incomodidad que produce percibir una disociación con el propio cuerpo, es señal de que tus manos recuerdan un tiempo en el que la divisoria entre la mente y el cuerpo, el cerebro y el corazón, entre lo interno y lo externo, estaba más difuminada. No es que hayamos olvidado por completo el lenguaje de los gestos. La costumbre de mover las manos al hablar es un vestigio de él. Dar palmadas, señalar con el índice, levantar el pulgar, son gestos arcaicos. Cogerse las manos, por ejemplo, es la manera de recordar lo que siente la pareja cuando callan juntos. Y por la noche, cuando está oscuro y no podemos ver, sentimos la necesidad de tocar el cuerpo del otro para hacernos entender.

La historia del amor, Nicole Krauss

 

 

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