Mis mejores lecturas de 2024
No están todas, pero sí creo que es una buena representación de lo que han sido mis mejores lecturas durante este 2024 que se nos va.
Web de la escritora María Montesinos
No están todas, pero sí creo que es una buena representación de lo que han sido mis mejores lecturas durante este 2024 que se nos va.
Uno de los placeres que más voy a echar de menos es reirme con el humor inteligente, sarcástico y surrealista que destila la serie The Good Fight, que ha terminado. ¡Más Dianes Lockharts, por favor!
En estos tiempos confusos, quizás sea más necesario que nunca recuperar la conexión entre filosofía, ciencia y artes para entender la complejidad del mundo que vivimos.
Soy de la generación del babyboom. Crecí en democracia, al ritmo de las conquistas sociales, políticas, económicas. Un mundo de relativa paz, prosperidad y bienestar que cometimos el error de dar fácilmente por sentado.
A pesar de la oscuridad de su obra, la poesía de Alejandra Pizarnik emite en sus versos bellísimos destellos de luz que iluminan su visión del amor, de la muerte y la angustia vital que la dominó durante toda su existencia.
Incredulidad y tristeza. Eso es lo que sentí al saber la muerte de Almudena Grandes. Su voz literaria me ha acompañado casi desde los veinte años, hasta ahora. Gustaran o no sus novelas, no hay batalla ideológica que pueda manchar el hecho de que ha sido una de las grandes escritoras de los últimos treinta años.
¿Existe la mujer justa para alguien? ¿Cómo sería? ¿Amamos de manera distinta las mujeres y los hombres? La respuesta nunca sencilla a estas preguntas podría estar dentro de la novela La mujer justa, de Sándor Márail.
A menudo pienso en cómo recordaremos ciertos acontecimientos históricos al cabo del tiempo, qué contarán los libros sobre esta época. Desde luego, lo que tengo claro es que este 2020 será un año que jamás olvidaremos.
Podría haberlo publicado hoy o cualquier otro día del año porque los poemas de Benedetti son siempre la mejor compañía cuando llueve, cuando paseo, cuando sale el sol o cuando hace frío, en el desayuno o a las puertas del sueño, da igual. Siempre Benedetti.
Decía María Zambrano que el amor al saber determina una cierta manera de vivir. Y también una forma de enfrentarse a un mundo cada vez más rápido y cambiante, diría yo.