Inspiraciones para una portada

En cualquier libro, pero sobre todo en estos tiempos de sobreabundancia de publicación, la portada (o cubierta, que sería el término correcto) es casi lo más importante para destacar entre la inmensa oferta de títulos y llamar la atención de un posible lector/a, sobre todo si eres una auténtica desconocida, como es mi caso.  El primer impulso de compra de un libro llega de la portada.

Además, si tu librería va a estar online (Amazon, por ejemplo), ya ni te cuento: tu novela la verán, si es que la ven, entre otras mil, en la pantalla del ordenador en el mejor de los casos, o de móvil, en el peor, y al tamaño de tu pulgar.

Así que la portada tiene que ser la bomba: llamativa, atractiva, original, sugerente, con aspecto profesional…  En fin. Es muy complicado. O me lo parece a mí, que no me dedico a eso aunque me guste meter baza como autora/madre de la criatura. Por eso creo que debe hacerla siempre un profesional. Es una inversión que  merece la pena.

Crear la portada de “El mapa de mi piel”  nos dio muchos quebraderos de cabeza, sobre todo a mí, que tenía una idea concreta en mi cabeza que mi diseñador (mi santo, porque lo es) no terminaba de ver. Él me decía que mi idea no funcionaba en el formato de una cubierta y me presentó varias alternativas que a mí no me encajaban para nada.

Y yo, erre que erre. Seguía insistiendo en mi idea, que cada vez era algo más difusa (o confusa, abstracta, inviable, según él). Cada día le bombardeaba el correo con fotos, imágenes, dibujos o lo que fuera que me pareciera inspirador para su proceso creativo.
Imágenes como estas que he recopilado aquí, que me siguen pareciendo preciosas y sugerentes.


Quería piel, flores –en realidad, confieso que quería el tatuaje de una enredadera en el costado, como el que luce mi protagonista–, fuerza, positivismo.

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Sobre el talento para escribir

El Noble Naipaul definía el talento como ” cierta especie de memoria, la cual, permitirá finalmente traer esa borrosa música más cerca de ellos, para escucharla con claridad, para escribirla….”. Es esa música a la que no consigues ponerle melodía. Esa palabra que se resiste a llegar a tu boca o a la mano que escribirá en un folio tus ideas.

10 canciones de amor en “La estúpida idea de dejarte marchar”

Para escribir, yo necesito el silencio. Como mucho, algo de música instrumental muy bajita de fondo: jazz, clásica… poco más.

Sin embargo, según escribía algunas escenas de “La estúpida idea de dejarte marchar”, me venían a la cabeza algunas de las canciones de amor que más me gustan y sobre la marcha, las incluía en la narración.

Como suele ocurrir, luego fui eliminando varias en las sucesivas revisiones que hice porque o bien me parecía que ya había varias sobre lo mismo o bien no me parecían tan apropiadas. También hubo alguna que busqué exprofeso, porque pensé que reflejaba muy bien lo que querían expresar los personajes.

He pensado que puede estar bien recopilar aquí las 10 canciones de amor que acompañaron la historia de Julia y Lucas a lo largo de la novela. No son todas las que están, pero sí son todas las de amor.  (Y no están en orden, para no dar pistas)

1. The One and Only, Adele

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