A menudo me preguntan cuáles son mis libros o autores favoritos y qué queréis que diga: me resulta imposible responder. ¿Cómo escoger uno —ni siquiera cinco podría— entre todos los leídos? ¿En base a qué? ¿Con qué criterio? ¿Nombro a escritores clásicos de nuestra literatura que me abrieron la puerta a un mundo inabarcable de historias? ¿O elijo novelas que me han proporcionado horas y horas de buen placer lector? ¿O quizás debo mencionar a aquellos que se adentran en las complejidades de la condición humana y me dejan el corazón sobrecogido con más interrogantes que certezas?
No, me niego. Son muchísimos, quizá tantos como años tengo, porque en cada etapa de mi vida he buscado cosas distintas en la lectura y siempre ha habido obras o autores que me lo han dado. Novela, relato, poesía, ensayo, da igual. Estaban ahí para mí, en el momento adecuado, con las historias adecuadas para ese momento vital. ¿Cómo aislar la lectura de un libro del momento personal en que lo leíste? En mi caso no puedo. A veces lo que necesitaba era evadirme, otras veces quería entender, otras viajar, otras aprender o incluso, puede que alguna vez lo necesitara todo a la vez en todas partes.
Cuanto más leo, más cambio. Cuanto más variada es mi lectura, más capaz soy de percibir el mundo desde mil perspectivas distintas. En mí habitan las voces de muchos otros.
Siri Husvedt
Yo, mis libros y mis circunstancias
También a mí me cambia cada libro de alguna manera. Puede que me haya deslumbrado y me haya guiado hacia otros libros, otros autores, otros mundos literarios. O puede que solo me haya servido para discernir lo que aprecio en una obra y lo que no —el estilo, la trama, la profundidad o la simplicidad—, lo que me interesa y lo que me deja indiferente.
Algunos me han defraudado, otros me han entusiasmado y muchos me han sorprendido positivamente (¡bendito azar el que nos brindan las bibliotecas!). También ha habido unos cuantos que llegaron a mis manos demasiado pronto y los abandoné; no supe apreciarlos como se merecían. “No era nuestro momento”, como se suele decir. Al cabo del tiempo, volví a ellos o ellos volvieron a mí y entonces sí, estaba lista para abrir sus tapas de nuevo. Alguno de esos me ha gustado tanto que le hago hueco en la pequeña librería que tengo al lado de la cama, donde coloco los libros que quiero tener cerca, alcance de mi mano.
Así que, no. Me niego a señalar unos autores/as o libros favoritos por encima de otros. Todo cuanto he leído a lo largo de mi vida ya son parte de la persona que soy hoy, me han traído hasta aquí. Sus historias siguen viviendo dentro de mí como fértil abono a mi mundo y mi imaginación.
¿Te pasa lo mismo o eres fiel hasta el final a uno o más autores/as? Y si es así, ¿quiénes son tus favorit@s?
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Pues fíjate, a mí no me cuesta hablar de «autores favoritos».
Mi criterio es siempre el mismo: favorito es aquel autor del que quiero, e intento, leerme todo lo que ha publicado, que es una compra automática.
En romántica tengo una docena de autores así. Hablé de ellos en mi blog, así que no me voy a repetir. Las dos que llevan más tiempo conmigo son Sandra Brown y Lisa Kleypas.
En ficción literaria: Heinrich Böll y Joseph Roth serían mis favoritos-favoritos de toda la vida. Pero también Gore Vidal, Jane Austen, Henry Fielding, Thomas Hardy, Dostoyevski y Tolstói (aunque de estos últimos aún no me lo he leído todo). En español, no tengo dudas: Cervantes y Galdós (del que aún me falta alguna serie de los «Episodios nacionales»).
¿Soy fiel hasta el final? No. Normalmente al tercer chasco ya no doy más oportunidades. Me ha pasado con Courtney Milan, por ejemplo.
Ahora que lo dices, en romántica sí que me resulta más fácil señalar mis autoras favoritas. Quizás porque sé lo que busco y hay unas cuantas autoras como Susan Elizabeth Phillips, Jennifer Crusie, Marisa Sicilia, Marian Keyes o Lisa Kleypas que, por lo que sea, las prefiero sobre las demás, incluso habiendo leído casi todo también de otras muchas (de Julia London he leído muchísimo, y sí, me gusta, pero no la incluiría en el mismo saco).
En narrativa es donde tengo más problemas, porque de verdad que no sabría con cuáles quedarme. Son muchos los que me han dato tanto en diferentes momentos de mi vida… Sin entrar en los clásicos, hace años me lo leía todo de Kundera, Saramago, Faulkner, Carmen Martín Gaite, Yourcenar, Javier Marías… (y seguro que me dejo alguno). Si me hubieras preguntado entonces, habría dicho que eran mis escritores favoritos. Me siguen gustando, pero ya no los leo igual, con el mismo entusiasmo. Luego han venido tantísimos más: Edith Wharton me apasiona, y Vargas Llosa, y Siri Husvedt, y Coetzee, y Elizabeth Strout de quien creo que lo he leído todo, e Ian MacEwan y tampoco estarán todos… No puedo decir que todos sus libros me hayan gustado por igual, pero en general, me aportan siempre algo. Por eso los leo, los busco y quedo a la espera de que publiquen el siguiente.
Gracias por pasarte a comentar! 🙂